miércoles, 21 de abril de 2010

La espera.

Hoy te estuve esperando en casa
quedamos sobre las diez y media
me duché, ví el hormiguero y
la serie Castle completa.

Las agujas de aquel reloj
a la media noche se acercan
mientras continuo viendo la serie
pero el sueño profundo ya me entra.

Tenía tantas cosas que contarte
como que el trabajo me estresa;
sigo sin salir temprano y
que ni si quiera gano perras.

También quería contarte que
el médico dice que sigo enferma
me ha mandado a más exámenes
para ver si tiene respuestas.

En fin, cariño, tú sabes
que te tengo una enorme paciencia.
Ya nos vemos otro día o si
lo prefieres, la semana que entra.

"O quizás la paciencia se agote"

Por si sucediera

Cariño, ¿Qué harías tú si hoy
fuese el último día que me tuvieras?
La última palabra, el último suspiro
que de mis hermosos labios saliera.

Cielo ¿Qué harías tú si juntos
en esta noche silenciosa y bella
yo me quedara en un instante
para siempre quieta?

Amor ¿Qué pasaría si despidiendome
con un "te amo" mi mano extienda?
¿Podría encontrarme con las tuyas
por si acaso con tus labios, las besas?

De momento no es el caso
sólo te lo digo por si sucediera
que algún día tuviera que dejarte
¡ay! ¡Dios no quiera!

No sé qué pasará cuando
la negra dama llame a mi puerta
sólo sé que mis ojos se cerrarán
y ya no habrá quien te escriba poemas.

domingo, 4 de abril de 2010

Jonatán Ortega

Juntos hoy estamos
Olvidándonos del tiempo
Nada como estar a tu lado
Amor, para comernos a besos.
Tantas historias vividas
Ansiados momentos
Noche y día convertidos en sueños.

Otro día más compartiendo
Risas y miles de juegos
Tentaciones divinas
Esquivándolas a momentos
Gozando de ser felices
Amándonos como en un cuento.

Dios castiga y no a palos

Tanto tiempo te estuve buscando
años tras años sin parar
buscaba a un hombre mayor
que me supiera conquistar.

Quería que no fuera muy alto
de cabellos y ojos castaños
como Fernando González
el tenista que me ha enamorado.

Lo primero que pedía era
que mi hombre fuera trabajador
también atento y cariñoso
y ojalá no fuese fumador.

¡Ay chiquita mía! de mucho regodearte
te quedarás con lo peor
decía una muy buena amiga mia
que tenía toda la razón.

Meses después encontré a un hombre
cinco años menor que yo
brazos fuertes, rubico, ojos claro
que me ha llevado a la perdición.

Es formal, atento y muy caballero
pero le encantan los vicios y el juego
¿Qué tiene que ver con el hombre de mi vida?
mi amiga dice: yo no me meto.

¿Querías a un hombre trabajador
y además que te diera toda su atencion?
¡Ay chiquita mía! Dios castiga y no a palos
pero así es el amor.

sábado, 3 de abril de 2010

Te has ido

Este invierno ha sido muy crudo
por la soledad habida en mi colchón,
tantas noches te he buscado
y aquí solo habita tu ausencia de calor.
He llegado, incluso, a odiar
cada metro de este nido de amor.
No he parado de llorar
desde que me dejaste este inmenso dolor.
La pena la llevo muy dentro
tatuada con fuego en el corazón
sin querer, te has ido lejos
a eso que llaman "un mundo mejor".
Te fuiste... amándome
y dejaste un bebé en mi interior.
Desde aquí nos despedimos
Tu hijo y yo.

jueves, 1 de abril de 2010

A ti


Al rozar con tus dedos mis finos cabellos
me pierdo en un mundo lleno de tranquilidad.
La noche con su luna, como única compañía
son las que me abrigan en este soñar.
Tú me haces viajar por un largo camino
a un futuro de dicha y felicidad
sólo con sentir la textura de tu piel
la cual, como gelatina, me hace temblar.
Ya te he dicho que poesía eres
te has convertido en aquel fruto de ilusión
pero en realidad eres fuente
de la más secreta inspiración.

El día que te conocí

Me fui temprano a aquel garito
y sin querer, tú estabas ahí.
La música sonó, te invité a bailar
y con tu cabeza mi dijiste que sí.

Al ritmo de un merengue bailaban
las cadera de mi cuerpo con sabor.
Mientras tanto las horas pasaban
sin darme cuenta del reloj.

Las 5 de la mañana ya
¡uf! que rápido el tiempo pasó,
hora de volver a casa y
desde lejos te dije adiós.

Caminando sola hacia casa
un coche negro paró
preguntaste si me llevabas
¡ibas con tus amigos!, te dije que no.

A los minutos regresaste
y una sonrisa en mis ojos se dibujó
volviste a buscarme y
desde ahí que estamos juntos los dos.

Despedida

Por mucho que no quiera
debo empezar a decirte adiós,
tú sabes ya lo que me acecha
y tambien lo que hay en mi corazón.

He pedido al Señor tiempo,
tiempo para regalarte felicidad
¡Que seas el hombre más dichoso,
en esta vida y en la eternidad!.

Prometo, sin falta, cuidarte
en cuanto Dios me mande a llamar
porque eres el tesoro más preciado
que la vida me ha podido regalar.

La luz de mis ojos se apaga
menos el fuego que siento al verte.
La llama en un instante se dispara
cuando veo tus hermosos ojos celestes.

Con un beso sublime, me despido.
¡Adiós! mi querido ojos de cielo.
En este portal te dejo mis líneas
para que sepas ¡cuanto te quiero!